Minutos antes de la apertura de sesiones en la Legislatura neuquina, una imagen llamó la atención de propios y extraños: Pablo Cervi y Darío Martínez, dos figuras políticas con trayectorias y discursos antagónicos, fueron vistos juntos. ¿Qué puede unir a un empresario que hoy intenta vestirse de libertario con un dirigente kirchnerista de larga trayectoria? ¿Casualidad o estrategia?
Pablo Cervi ingresó a la política como outsider de la mano de Horacio Quiroga y se presentó como candidato a gobernador en 2023 por Juntos por el Cambio, aunque sin éxito. Se define como radical, pero su recorrido lo ha llevado a transitar espacios cercanos al PRO y, ahora, al ideario libertario. Su fugaz relevancia electoral también lo vinculó a la estrategia de Jorge Sapag para restarle votos a Rolando Figueroa en la última elección provincial.
Por su parte, Darío Martínez es un dirigente dentro del kirchnerismo neuquino y uno de los hombres de confianza de Alberto Fernández. Su cercanía con Pablo Todero, diputado nacional y ex titular de la ANSES Neuquén, refuerza su influencia dentro del sector K. Un dato no menor: Valeria Todero, hermana del legislador kirchnerista, fue candidata a intendenta junto a Cervi en 2023, una conexión que, lejos de ser anecdótica, evidencia puentes entre ambos espacios.
Entonces, ¿qué representa esta foto? ¿Un simple saludo entre dos políticos que se conocen o el inicio de una alianza impensada? ¿Es el kirchnerismo neuquino el que busca nuevos aliados en un año electoral complejo o es Cervi quien, ante su falta de base electoral, intenta acomodarse en otro tablero? En política, los gestos hablan tanto como las palabras, y esta imagen deja espacio para múltiples interpretaciones.
En un año marcado por el reacomodamiento de fuerzas, todo parece posible. ¿Estamos ante una nueva jugada de la política neuquina o simplemente ante la desesperación de dos sectores que buscan mantenerse en el juego? Con el calendario electoral avanzando, solo el tiempo dará las respuestas.
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La represa, vital para evitar una inundación catastrófica, sigue frenada mientras los expertos advierten que el tiempo se acaba.
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En un congreso armado entre gallos y medianoche, el peronismo quiso y no pudo, armar un frente electoral de cara a las elecciones legislativas nacionales de Octubre.
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La purga impulsada por el gobernador Rolando Figueroa destapó escándalos insólitos: sueldos pagados a personas que no trabajaban, vivían en Chile o limpiaban casas particulares en lugar de escuelas.
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El diputado apuesta a la vieja escuela con pintadas en toda la ciudad, sin rendición de cuentas ni empatía ciudadana. Mientras tanto, su imagen cae en las encuestas y compite por no quedar último.
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