La fórmula neuquina: un modelo que trasciende a los partidos

La gestión de Rolando Figueroa consolida un modelo político donde conviven diversas expresiones partidarias con un objetivo común: modernizar Neuquén, profundizar el equilibrio territorial y mejorar la calidad de vida de toda la comunidad.

Política04 de diciembre de 2025RedacciónRedacción
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El inicio de la segunda mitad del primer mandato de Rolando Figueroa permitió observar con claridad uno de los rasgos que distingue al modelo neuquino: la capacidad del gobierno provincial para integrar distintas expresiones políticas en una agenda común, centrada en el bienestar de los habitantes. En un escenario nacional marcado por la polarización, Neuquén vuelve a mostrar que la gobernabilidad puede consolidarse desde el equilibrio y el trabajo conjunto, sin importar las banderas partidarias.


La asunción de las nuevas autoridades del gabinete fue una muestra palpable de esta lógica. El gobernador tomó juramento a dos ministras y a varios secretarios provenientes de diferentes espacios políticos, ratificando que la construcción de una provincia moderna y justa requiere sumar miradas y capacidad de gestión, más allá de cualquier interna. La llegada de Josefina Codermatz en Juventud y Tanya Bertoldi en Infraestructura, junto con el fortalecimiento de áreas como Interior, Deportes, Vivienda y Copade, deja en evidencia un criterio inclusivo que prioriza la gestión por sobre las etiquetas.


En cada una de estas áreas, la pluralidad se traduce en objetivos concretos: continuidad del histórico plan de obras, impulso a la regionalización que garantiza un desarrollo equilibrado y la jerarquización de sectores clave como el emprendedurismo joven. A ello se suma el renovado empuje de Turismo, una cartera estratégica para la Neuquén que viene, cuyo liderazgo recayó en Leticia Esteves, otra dirigente integrada a un equipo diverso con la misión de potenciar destinos tradicionales y emergentes.


Este proceso de renovación y profundización del modelo neuquino se da, además, en un contexto político favorable. Con la firma del acuerdo salarial 2026 por parte de dos de los principales gremios estatales y con la Neuquinidad alcanzando representación propia en ambas cámaras del Congreso, la provincia consolida una posición de fortaleza que es resultado del consenso y la cooperación entre sectores que en otros territorios permanecen enfrentados.


Lejos de las grietas, Neuquén logró –gracias a la conducción de Rolando Figueroa- que referentes provenientes de la centro derecha, el peronismo e incluso corrientes libertarias trabajen de manera articulada, poniendo a la provincia en el centro de cada decisión. Esa cooperación permitió atravesar dos años de crecimiento en los que se recuperó el sistema de Salud, se fortaleció la Educación, se lanzó un plan de becas, se integró a las petroleras en obras estratégicas y se comenzó a superar el problema heredado de las aulas tráiler, además de consolidarse mejoras en seguridad.


Todo esto ocurrió en el marco de una política de austeridad que demandó decisiones firmes, desde la expulsión de ñoquis y la reducción de la planta política hasta la eliminación de gastos superfluos. Estas medidas permitieron redirigir recursos hacia áreas sensibles y potenciar resultados, reforzando la idea de que la eficiencia no es patrimonio de una fuerza política, sino el fruto del trabajo conjunto. Después de todo, de eso se trata La Neuquinidad.

El equilibrio político quedó nuevamente reflejado en la composición del gabinete: un equipo amplio y plural que reúne perfiles de diversos sectores, todos orientados hacia el mismo horizonte. Desde Jefatura de Gabinete hasta las carteras de Seguridad, Educación, Energía, Infraestructura y Turismo, el gobierno provincial confirma que la clave del modelo neuquino no está en la homogeneidad partidaria, sino en la capacidad de unir esfuerzos para construir una provincia más moderna, más justa y mejor para toda la comunidad.

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