Aletargado, el MPN espera el mea culpa

El cambio estacional trajo el verde a la avenida Olascoaga. Cambió el paisaje. Pero el MPN se mantiene en su sinfonía otoñal

Política05 de noviembre de 2024La Politica NeuquenLa Politica Neuquen
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Quienes transitan por la Olascoaga, rumbo al río, encuentran un escenario distinto, muy propio de estos días. La rambla tiene un verde intenso, hay más  gente que se anima al fútbol, se renovaron los comercios y hasta hay mayor circulación de peatones. Sin embargo hay algo que no cambió: la sede del Movimiento Popular Neuquino (MPN) sigue literalmente cerrada como lo estuvo desde la derrota electoral, e incluso desde los días previos a esa contienda que lo llevó a un estado de letargo del que no consigue salir. Parece inmerso en una sinfonía otoñal.
Hay quienes esperan (al parecer, en vano) el mea culpa del presidente de la Junta de Gobierno y ex gobernador Omar Gutiérrez. Y si no es mea culpa, un balance (aunque tardío). Tampoco ha dicho institucionalmente nada el también ex gobernador y conductor de la Convención partidaria, Jorge Sapag.


Otros en cambio, se mueven. Hubo un grupo de referentes y afiliados que pidió, a su manera, que el gobernador Rolando Figueroa (hasta donde se sabe expulsado por ir con otro sello partidario a la contienda electoral) tomara las riendas del partido. Pero Rolo se hizo el desentendido. Dijo que al no tener partido, no tiene jefes políticos. Eso sí, el gobernador fue a reuniones en las que intendentes y legisladores de ese partido le expresaron acompañamiento a la gestión.


El año está en su tramo final, se viene un 2025 electoral y (aunque se sospecha) no se sabe cuál es el verdadero MPN: ¿El de Mariano Gaido?, intendente relecto y constructor de alianzas ¿El de Marcelo Rucci?, dirigente petrolero, heredero de Guillermo Pereyra (quien dejó una vara tan alta que está demasiado lejos de alcanzar). Vaya a saberse. 


Pronto o muy pronto el calendario comenzará a apretar y se vendrán tiempos de definiciones. El Movimiento (aunque institucionalmente aletargado) tiene referentes fuertes, como el diputado nacional Osvaldo Llancafilo y el legislador provincial Claudio Domínguez. Sus jugadas pueden dar indicios. De hecho, parecen darlos.

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