Tres partidos, una misma decadencia: MPN, PJ y libertarios tambalean rumbo a octubre

El MPN: de hegemonía a incertidumbre

El MPN, que gobernó la provincia durante seis décadas, atraviesa una crisis existencial. Por primera vez desde el regreso de la democracia, podría no presentar lista propia en una elección nacional. A pesar de que muchos de sus dirigentes se alinean con el oficialismo de Rolando Figueroa, el sello azul quedó afuera del armado electoral. La conducción actual, en manos de Omar Gutiérrez y Jorge Sapag, no da señales claras de acción.

El partido, que supo ser la máquina electoral más eficiente del país, ni siquiera presentó el reglamento electoral exigido por la Justicia Federal para competir. Si no participa ahora, deberá hacerlo sí o sí en 2027 para no perder la personería. Pero esa contienda coincidirá con las elecciones presidenciales, donde el escenario será mucho más complejo.

PJ neuquino: internas anuladas y legalidad en disputa

La Justicia Federal anuló el congreso del PJ realizado en Zapala y obligó a convocar internas en cinco días. El motivo: la ilegal prórroga de mandatos partidarios, que no respetó los tiempos ni los mecanismos establecidos en su propia Carta Orgánica.

Mientras tanto, el sector mayoritario que lideran Darío Martínez y Oscar Parrilli defiende lo actuado con argumentos políticos, minimizando la importancia de los procesos internos. Hablan de la urgencia de enfrentar las políticas de Milei y Figueroa, pero desoyen el mínimo estándar democrático que exige cualquier partido: la transparencia interna.

Los sectores disidentes dentro del PJ, como el que encabeza Tanya Bertoldi, denunciaron falta de legalidad y mecanismos de exclusión. El partido que históricamente representó a los trabajadores en Neuquén hoy parece incapaz de organizar una elección interna sin escándalos judiciales. ¿Qué legitimidad puede ofrecer una estructura que se sostiene sobre normas violadas?

Libertarios: un sello entre los vivos… y los muertos

Por su parte, La Libertad Avanza aún no logró siquiera el reconocimiento definitivo de la justicia para competir. A la falta de afiliaciones válidas se suman hechos insólitos: al menos cuatro fichas de afiliación corresponden a personas fallecidas. La justicia ya removió a varios certificadores y analiza si corresponde abrir causas penales.

El partido que enarbola la bandera de la “casta” y promete combatir la corrupción parece estar construyendo su estructura con las mismas prácticas que dice venir a erradicar. ¿Es descuido o es fraude? ¿Y si no pueden ordenar ni su padrón, qué se puede esperar de su gestión pública?

Tres partidos, una misma crisis

La situación es grave y sintomática. En una provincia que supo tener partidos fuertes, hoy los principales espacios opositores y tradicionales están atrapados en su propia inoperancia. El MPN quedó atado a un pasado que no se resigna a morir. El PJ repite los errores de siempre. Y los libertarios, en su afán por entrar a toda costa, cruzaron los límites de lo legal y lo ético.

Mientras tanto, el oficialismo de Rolando Figueroa avanza en soledad, sin una oposición que lo enfrente con seriedad. Y la ciudadanía, una vez más, queda atrapada entre partidos desordenados y sellos en decadencia.