Del morral a socio del PJ, las mutaciones de Jesús Escobar

Como tantos otros jóvenes a lo largo de las décadas, Jesús Escobar tuvo sus primeras aproximaciones a la política en sus tiempos de estudiante. Se lo tomó en serio y la evolución fue inmediata: cuando quisieron acordarse ya caminaba los pasillos de la Universidad del Comahue con el morral que luego se convertiría  en objeto de burla, ya que con el tiempo devino en burgués. Al menos así parece acreditarlo la foto que -hace apenas unos pocos años- lo perpetuó junto a su pareja, la ex concejal por Libres del Sur en la ciudad de Neuquén, Cecilia Maletti, con la Torre Eiffel como telón de fondo.

La militancia de este fiel exponente de la fauna política vernácula siempre fue en la izquierda dialoguista. Tanto que hasta estrechó vínculos con el PRO, cuando Marcelo Bermúdez fue candidato a intendente y Maletti a concejal. A Bermúdez le fue mal (sufrió un soberano revés ante el luego reelecto, Mariano Gaido). A Maletti en cambio le fue de maravillas y fue ganancia tanto para Jesús como para su ex pareja Mercedes Lamarca, también ex concejal capitalina y segunda en la cadena de mandos de Libres del Sur. 

Ambos han sido candidatos prácticamente a todo. Hoy y aunque Libres del Sur no tiene representatividad literalmente en un órgano deliberativo de la provincia, Lamarca conduce el Isepci, un instituto ligado a esa organización política, que realiza sus propias mediciones de la evolución de los precios, en Neuquén. Dicho instituto no es considerado serio por las instituciones de miden la evolución inflacionaria.

Las relaciones de pareja y la repartija de cargos llevó a que algún ocurrente bautizara a Libres del Sur como la Pyme familiar de Jesús, quien fue diputado provincial en una colectora del entonces candidato a gobernador por el peronismo, Ramón Rioseco. Rioseco perdió. Pero Jesús ganó y luego, cuando fue precandidato a presidente de la Nación hizo campaña con críticas a la ex presidente Cristina Fernández de Kirchner. 

No obstante esa estrategia, señalada como una gran deslealtad por el peronismo, ni siquiera le alcanzó para convertirse en candidato a presidente, ya que fue rechazado por las urnas en las PASO, donde no alcanzó la cantidad mínima de votos que se necesitaba para competir en las generales.

Ahora, hace apenas unas semanas, retomó su romance con el peronismo, se sumó al frente con el que este irá a las urnas en octubre y, en esa reunión de dirigentes de distintas fuerzas, se ubicó al lado del presidente del PJ, Darío Martínez, tanto en la mesa como en la foto final, esa que se sacan para distribuir entre los medios de prensa.

La cuarta en discordia es la ex diputada provincial Paula Sánchez, quien fue perdiendo protagonismo con el transcurrir de los años y la quinta es una tal Gladys Aballay, dirigente vecinal y ex candidata a diputada nacional por Libres del Sur en la provincia de Neuquén, que estuvo un rato presa, a raíz de una causa judicial por una presunta defraudación al Estado, durante el gobierno de Omar Gutiérrez.

En su momento (hace apenas un año) los fiscales Pablo Vignaroli y Juan Narváez explicaron que la investigación se inició a partir de una denuncia presentada por el Estado provincial. Los investigadores creen que se organizaban ventas de pollo con mercadería que había aportado el Estado provincial y que terminó en manos de inescrupulosos en lugar de llegar a las familias que los necesitaban.

“Se pudo vincular a dos organizaciones sociales que son Libres del Sur y FOL”, dijeron los fiscales. Libres del Sur también es socia política de Barrios de Pie, una de las agrupaciones que fueron señaladas como distribuidoras de planes durante los años de Gutiérrez (maniobra que, por supuesto, se perpetraba para evitar protestas contra el gobierno). Hoy esa agrupación perdió presencia en las calles. Pero, como siempre, Jesús sigue en carrera.